ACTIVIDAD FÍSICA EN EL ADULTO MAYOR
Envejecimiento activo
Según detalla
la Organización Mundial de la Salud (OMS), la actividad física en el adulto
mayor hace que disminuya la mortalidad por enfermedades cardiovasculares,
mejora la hipertensión, mejora la salud mental disminuyendo los niveles de
ansiedad y depresión. Además, ayuda a prevenir las caídas con el
fortalecimiento del sistema muscular y óseo. (OMS, 2022).
Existen
diversos estudios que constatan esa información, en concreto Hernández, (2012) hace referencia en su artículo a que la actividad física en la población adulta
mayor con tendencia al sedentarismo mejora notablemente el funcionamiento del
sistema respiratorio, en concreto la capacidad pulmonar y favorece el
fortalecimiento del sistema osteoarticular. (Hernández, 2012).
La actividad
física en los ancianos es considerada una medida preventiva de gran importancia
y repercusión, especialmente cuando se vincula con otros aspectos de nuestro
estilo de vida, como la dieta. El envejecimiento activo relacionado con la
actividad física desempeña un papel fundamental en la prevención de diversas
enfermedades, como las relacionadas con el corazón, la diabetes y la obesidad,
lo que la puesta en marcha de proyectos de incentivación de la actividad en
esta población de riesgo conlleva a una disminución en las tasas de mortalidad
y a un retraso en la manifestación de la fragilidad y la dependencia funcional
propia de esta etapa vital. Además, está asociado con una mejora general en la
calidad de vida. Estos beneficios se extienden sin importar el estado funcional
inicial o el nivel de fragilidad de la persona.
Según las
recomendaciones de la OMS, para los adultos mayores de 65 años, se aconseja
realizar al menos 150 minutos semanales de actividad aeróbica de intensidad
moderada o 75 minutos si es vigorosa, complementados con al menos 2 días de
ejercicios de fortalecimiento muscular (que incluyan movimientos explosivos o
contra resistencia) y de equilibrio. Estas actividades pueden integrarse en un
programa de ejercicio multicomponente, que combina diferentes tipos de
ejercicios de manera estructurada, abarcando tanto el aspecto aeróbico como
anaeróbico, así como la flexibilidad y el equilibrio. (Acosta, 2022).
Existen varias
actividades que causan interés entre esta población, entre ellas el Taichí, pues
se ha demostrado que es un ejercicio de bajo impacto que rara vez genera
lesiones y que a su vez fortalece notablemente el sistema muscular, por otra
parte mejora el estrés y la ansiedad, promocionando así un bienestar general.
(Cruz-Cartas, 2021).
De la misma manera que refiere Acosta en su
reciente artículo, la revisión realizada por Martín Aranda (2018), demostró que
la actividad física en este rango de población es un factor determinante de la
calidad de vida, teniendo en cuenta los diferentes aspectos como son la
independencia funcional, la vitalidad, la autoestima, el funcionamiento
cognitivo y en aspectos más subjetivos que hacen referencia al bienestar mental
y que generan un envejecimiento saludable y una mejora de la autoestima y de
las relaciones interpersonales. Estos conceptos están intrínsecamente
relacionados de alguna manera en cualquier definición conceptual de calidad de
vida en la vejez.
A pesar de que el concepto de
calidad de vida en esta etapa de la vida puede ser muy amplio y variado, todas
las definiciones convergen en un mismo punto: la búsqueda de una vida plena y
la felicidad del individuo durante esta fase de la vida.
En resumen como bien decía Hipócrates:
"Mens sana in corpore sano". Esta frase nos hace recapacitar y caer
en la cuenta de que la actividad física en el anciano no solo es una opción,
sino que se convierte en una necesidad para afrontar el envejecimiento con la
mejor actitud física y mental posible.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Acosta, M., García, R., Baena, J.,
Gorroñogoitia, A., Herreros, Y., De Hoyos, M., Magán, P., y Martin, I. (2022).
Actividades preventivas en el mayor. Actualización PAPPS 2022. Atención
Primaria, 54, 1-19. https://doi.org/10.1016/j.aprim.2022.102438
Hernández, E. D. L. C. R., Jiménez, E.
S., & Hernández, N. R. (2012). El ejercicio físico, una alternativa para
mejorar la calidad de vida en el adulto mayor sedentario. Revista cubana de
tecnología de la salud, 3(3).
Organización Mundial de la Salud – OMS.
(2022). Actividad Física.
https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/physical-activity
Martín Aranda, R. (2018). Actividad
física y calidad de vida en el adulto mayor. Una revisión narrativa. Revista
Habanera de Ciencias Médicas, 17(5), 813-825. http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1729-519X2018000500813&lng=es&tlng=es.
Cruz-Cartas, O., García-Campos, M.L.,
Beltrán-Campos, V., Rámirez-Gómez, X.S., Patiño-López, M.E., &
Jiménez-García, S.N. (2021). Uso de Tai Chi para la salud del adulto mayor:
revisión bibliográfica. Enfermería Universitaria, 18(2), 230-240.
https://doi.org/10.22201/eneo.23958421e.2021.2.77477
Guía de recomendaciones para la
promoción de la actividad física. Consejería de Salud. Junta de Andalucía (2010). https://www.juntadeandalucia.es/export/drupaljda/salud_5af9586a38c00_Guia_Recomendaciones_AF.pdf
Red Andalucía Saludable. Red de profesionales para la promoción de hábitos saludables. https://www.redandaluciasaludable.es/
Infografía actividad física. Mi guía saludable. Mayo 2023. https://miguiadesalud.es/sites/default/files/2023-06/INFOGRAFIA_ACTIVIDAD_FISICA_mayo2023.pdf


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